Escrito por Daniela Wechselblatt, CFA

Vamos a ponernos en contexto, ya sabemos que el dólar en Argentina tuvo una escalada en los últimos días pero, ¿qué está pasando con el dólar a nivel internacional?

 

En EEUU el escenario es completamente diferente.

 

Tenemos un dólar que en comparación a la canasta de monedas del resto del mundo (US Dollar Index que incluye el Euro, el Yen – Japon, el dólar canadiense, entre otros) se viene debilitando desde diciembre del 2016.

 

El efecto positivo en el país del norte es que aumenta la competitividad y es lo que desea la nueva administración. El negativo es que se trata de la antesala de la inflación. Un dólar barato aumenta el costo de las importaciones y de parte de los insumos necesarios, que gradualmente se reflejará en el índice de precios al consumidor.

 

En otras palabras, muchos analistas esperan un aumento en la inflación hacia el 2018 y 2019. Aunque en este momento en Argentina la cotización del dólar poco tenga que ver con su pérdida de valor a nivel internacional, si se llegara a dar un contexto de aceleración de la inflación en EEUU, nada evita que quien atesora dólares abajo del colchón vea como sus ahorros pierden valor.

 

Por otro lado, tengamos presente que este miércoles tenemos una nueva reunión de la Fed, en la que comunicarán si comienza el proceso de reducción de balances. Desde la post crisis del 2008 que la Fed inició una política económica expansiva con tasas en cero e inyectando dólares. Esto resultó en el combustible necesario para los mercados por el excedente de dólares que se generó y fue volcado en ellos. Veamos la correlación entre el crecimiento del balance de los principales bancos centrales (la Fed, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón – línea blanca) y el índice de las acciones en el mundo (MSCI World Index of Stocks – línea azul).

Todos estos bancos centrales vieron crecer sus balances multiplicándolos casi x3 desde el 2008 hasta hoy.

 

¿Qué pasará cuando la Fed empiece a reducir los balances?

 

¿Se romperá esta correlación y veremos finalmente la corrección que tanto tememos? Recordemos que los mercados no suben para siempre. Existen los ciclos económicos donde no podemos reconocer la cima hasta que el declive comienza.

En el pasado, las crisis se llevaron buena parte de las ganancias de los accionistas.

En la crisis de 1989 la pérdida en el S&P fue del 34%, en la crisis de las punto com en el 2001, la pérdida en el mismo índice fue del 49% y la última crisis, la del 2008, se llevó el 57% de la suba. Claro está que quien aguantó recuperó y acompañó el camino del alza, pero durante esos momentos el miedo invade a los inversores y la idea es estar preparado.

Parece ser que llegó la hora de tener las carteras protegidas con activos anti-cíclicos como los metales, ciertos tipos de bonos, derivados y reducir la ponderación de acciones cíclicas. No tenemos la bola de cristal pero debemos ser cautelosos e ir rebalanceando nuestra cartera de inversión para evitar sorpresas, participando de las alzas y reduciendo el efecto de las bajas.

 

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