Escrito por Daniela Wechselblatt, CFA

Invertir nuestro dinero es algo indispensable si queremos hacer crecer nuestro patrimonio pero sabemos que no es tarea fácil, sobre todo si recién nos iniciamos en este mundo. Los siguientes consejos son un buen punto de partida para aquellos que quieren tomar este camino.

 

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  1. Entender cuál es nuestro objetivo a la hora de invertir

Parece algo obvio, pero es la pregunta inicial que nos debemos hacer. ¿Queremos simplemente preservar nuestro capital de la inflación? ¿Tenemos el capital suficiente para vivir de rentas y deseamos generar un ingreso mensual? ¿Queremos hacer crecer el capital de forma más agresiva? Las inversiones que seleccionemos dependerán de este objetivo. Es muy común ponerse una meta modesta y luego caer en la “trampa” de un mercado alcista que nos invita a tomar más riesgos de los que estábamos dispuestos a asumir y solo nos damos cuenta cuando el mercado cambia de tendencia. En ese momento ya es tarde. Siempre recordemos cual es nuestro objetivo.

 

  1. Tener en cuenta los riesgos asociados

Un rendimiento jugoso no viene de arriba. Desde ya que un objetivo de retorno ambicioso está relacionado con mayores riesgos asociados que tenemos que evaluar si realmente queremos correr. Como mencionamos en el punto anterior, siempre tenemos que preguntarnos cuánto estamos dispuestos a arriesgar. Si la respuesta es poco, debemos ir mayormente a bonos y menos a acciones, así mantenemos una carrera más conservadora. Por el contrario, si se trata de capital que no necesitamos en el corto o mediano plazo, y somos de las personas que podemos dormir tranquilos, entonces nos podemos dar el lujo de tomar más riesgos y tener una cartera con renta variable.

 

  1. Conocer los costos por operar

Los fondos son los enemigos de todo inversor. ¿Por qué? Porque los costos que nos cobran suelen ser poco transparentes y bastante elevados. Un fondo puede llegar a cobrar entre el 2 y el 3% del capital por año, monto que no percibimos porque se deduce directamente del fondo. En épocas de alza de mercados, muchos inversores se quedan con la siguiente idea: “Me cobran pero igual gané”. Lo que no se cuestionan es que si invirtieran directamente a través de instrumentos con costos más bajos o en los activos directamente, ganarían más. Y como todos sabemos, las épocas de mercados en alza hay que aprovecharlas para compensar los periodos de vacas flacas eligiendo mejores alternativas de inversión.

 

  1. Empezar a invertir antes

El valor del dinero en el tiempo es algo que siempre debemos considerar. Si tuvimos dólares en la caja de seguridad en los últimos 5 años definitivamente perdimos dinero. Los dólares que tenemos hoy valen menos que los que teníamos al principio por el simple hecho de que hay inflación en dólares, sin ni siquiera tomar en cuenta el impuesto de bienes personales que debemos pagar. Tener dólares y dejarlos muertos abajo del colchón no es negocio.

 

  1. Diversificar

Se que suena casi un cliché, pero es así. Imaginemos que todo el dinero que tenemos para invertir lo usamos para comprar acciones de una sola empresa. Si baja la cotización de esa compañía o, aún peor, si la empresa quiebra, toda nuestra inversión registraría una pérdida. Es decir, la rentabilidad dependerá de los resultados de una sola empresa. Sin embargo, si se divide ese capital entre varios instrumentos, la rentabilidad dependerá del promedio del resultado de todos. Las ganancias de unos pueden compensar las pérdidas de otros. Por ejemplo, quienes invirtieron en acciones de Leman Brothers en la crisis sub prime lo perdieron todo, pero si teníamos un portafolio diversificado hoy estaríamos con importantes ganancias.

 

  1. Hacer research y revisar periódicamente la cartera

Para quienes manejen sus inversiones sin ayuda profesional, es indispensable seguir los sucesos económicos y todo lo que pasa en las compañías o sectores en los que se invierte. Esto no significa seguir la cartera diariamente, que a veces puede llegar a ser hasta contraproducente porque genera ansiedad, pero sí un control periódico para ver si se deben hacer ajustes.

 

  1. Educarse y aprender

Por último, y no por eso menos importante, quienes manejen sus propias inversiones deben educarse. Existen infinidad de productos financieros con letra chica que nos pueden hacer pasar un mal momento si no los entendemos bien. No tenemos control sobre los mercados, pero la idea es tratar de evitar cometer errores que se dan por falta de entendimiento y de información.

 

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