A grandes rasgos podemos decir que las estrategias de inversión se dividen en dos grandes grupos. Aquellos que apuestan en el mismo sentido de la tendencia y aquellos que toman posiciones contrarias a la opinión de la mayoría. En la jerga de mercado muchas veces se habla de estos enfoques alternativos como apuestas a favor o en contra del rebaño. El colega Andres Cardenal nos va a hablar de ellas. 

Escrito por Andres Cardenal, CFA – Sala de Inversión

 
Algunos inversores suelen tener una postura demasiado cerrada y extrema al respecto de esta dicotomía. O blanco o negro. Sin embargo, una mirada inteligente nos indica que no es un tema de blanco o negro, sino que existen diferentes tonalidades de grises a tener en cuenta.
 
Opere a favor de la tendencia 
Un primer aspecto a considerar es el de la evidencia estadística y lo que los números nos dicen sobre las tendencias de precios. Para resolver esta cuestión, es importante tener en cuenta que el comportamiento de precios en el mercado varía considerablemente en función del horizonte temporal que estamos evaluando.
A mediano plazo, existe abundante evidencia estadística al respecto de que las tendencias de precios suelen ser fenómenos de continuación. Es decir, en plazos de entre 3 y 12 meses, los datos históricos indican que los precios al alza implican mayor potencial al alza y viceversa.
Esto vale tanto para el mercado en general como para activos específicos a nivel particular. Si el mercado está subiendo en los últimos 3-12 meses, lo más probable es que siga subiendo. En el mismo sentido, si una acción en particular ha generado retornos por encima del promedio de mercado en los últimos 3 a 12 meses, lo más habitual, en términos de probabilidad, es que el activo continúe generando retornos por encima de la media en un horizonte temporal de medio plazo.
Por otro lado, a largo plazo la evidencia no es tan clara. Si miramos un horizonte de más de un año, no existe una relación muy consistente entre los retornos pasados y los retornos esperados a futuro. En horizontes más largos de tiempo, variables como valuación y sentimiento del mercado cobran mayor relevancia.
 
Valuación: Vaya en contra del rebaño
Es un dato bien comprobado que existe una relación inversa entre niveles de valuación y retornos esperables a largo plazo. Es decir, si tomamos ratios como precio-ganancias, precio flujo de caja, y precio ventas, entre otras posibilidades, mientras mayores sean los ratios de valuación, menor es el retorno que podemos esperar del mercado en general y de un activo en particular.
Al respecto es importante tener en cuenta dos salvedades muy importantes. En primer lugar, los ratios de valuación no funcionan como herramienta de timing de mercado, y una valuación elevada no nos dice demasiado sobre el retorno esperable en un horizonte de algunos meses o trimestres. La relación inversa entre valuación y retornos esperados solo tiene validez en horizontes de varios años. En general, un período de cinco años suele ser lo suficientemente extenso como para que el impacto de los ratios de valuación se vea reflejado en los retornos.
Además, cuando hablamos de acciones individuales, es muy importante tener en cuenta que diferentes empresas merecen diferentes niveles de valuación. En el agregado, existe una relación inversa entre valuación y retornos de las acciones. Sin embargo, en cada caso puntual es muy importante analizar los fundamentos de cada compañía para determinar si se encuentra subvaluada o sobrevaluada.
Que una acción cotice a un ratio precio ganancias comparativamente bajo no nos dice todo lo que necesitamos saber. Si las ganancias de la firma se están deteriorando en forma permanente, entonces cualquier precio de entrada puede terminar siendo un mal negocio. En el mismo sentido, muchas de las acciones más rentables de la historia han sido empresas de alto crecimiento que cotizan a ratios de valuación muy por encima del promedio de mercado.
 
Sentimiento de mercado: Preste atención a niveles extremos 
En cuanto al sentimiento de mercado, generalmente el mismo suele ser acertado en cuanto a su dirección, excepto cuando se encuentra en niveles extremos. Un nivel extremo de pesimismo muchas veces coincide con un período en el cual los precios comienzan a subir, mientras que el optimismo moderado y en aumento suele reflejar una tendencia alcista de precios.
Sin embargo, cuando el optimismo llega a niveles extremos, es posible que estemos en un techo de mercado, lo cual presagia una etapa de precios bajistas con pesimismo moderado y en aumento. Posteriormente, cuando este pesimismo llega nuevamente a niveles extremos, podemos estar frente a un piso de mercado, lo cual implicaría un nuevo comienzo del ciclo de mercado.
 
El enfoque adecuado en cada momento y para cada inversor
En materia de inversiones no existe una fórmula única que pueda asegurarnos el éxito. Lo más importante es aplicar una estrategia que sea consistente y adecuada para los objetivos y el nivel de tolerancia al riesgo de cada inversor. Además, diferentes enfoques suelen ser más o menos efectivos en función del contexto de mercado.
En definitiva, la respuesta al respecto de si conviene apostar a favor o en contra de la manada depende de varios aspectos relacionados con el horizonte temporal del inversor y el contexto puntual en el cual se toman las decisiones.
 
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