En los mercados financieros todas las variables están interconectadas, y los niveles de tasas de interés pueden tener un impacto considerable sobre los precios de las activos. En tiempos en que las tasas de interés en los Estados Unidos se están moviendo al alza, tener en cuenta los efectos de esta variable sobre los precios es especialmente relevante. El colega Andres Cardenal nos comparte su visión al respecto.
Escrito por Andres Cardenal, CFA – Sala de Inversión
Tasas de interés y precios de las acciones en general
A grandes rasgos, suele considerarse que existe una relación inversa entre las tasas de interés y los precios de las acciones. Sin embargo, es importante evitar una mirada demasiado simplista al respecto, ya que evolución de las variables en los mercados financieros nunca es tan simple como indica la teoría.
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Desde una perspectiva teórica, el valor fundamental de las acciones se obtiene estimando los flujos de efectivo que genera el negocio y descontando el valor presente de esos flujos de caja. Mientras mayor es la tasa de interés, mayor también es la tasa que debemos aplicar para descontar esos fondos, y por lo tanto, el valor presente del activo es menor.
En el mismo sentido, una subida de tasas de interés implica que los bonos son más atractivos en comparación con las acciones. Si el resto de las variables permanece constante, el precio de las acciones debería caer ante una suba de tasas de interés a medida que los inversores venden sus acciones para posicionarse en activos de renta fija.
Este comportamiento en los precios puede verificarse en los mercados regularmente, especialmente en lo que respecta a la evolución de las variables a corto plazo. Cuando las tasas de interés suben más de lo esperado por alguna noticia en particular, es de esperar que esto afecte negativamente a las cotizaciones en el mercado de acciones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el comportamiento de los activos en el mundo real no siempre es el mismo que indican los manuales de economía: las variables económicas no se mueven en forma aislada, y muchas veces los precios de las acciones pueden evolucionar favorablemente a pesar de los aumentos de tasas.
Cuando las tasas de interés se están moviendo al alza, esto sucede generalmente porque los niveles de actividad económica muestran una evolución vigorosa y el riesgo de inflación se encuentra en aumento. Por supuesto que una economía fuerte implica también mayores ventas y ganancias para las empresas que cotizan en bolsa, lo cual tiene efectos positivos sobre los precios de estas acciones.
Desde una perspectiva práctica, los datos históricos indican que el efecto positivo de la aceleración en las tasas de crecimiento económico tiende a compensar con creces el impacto negativo de mayores tasas de interés.
Un informe de CNBC analizó los retornos de los mercados de acciones durante 6 periodos históricos de aumentos en las tasas de interés comprendidos entre 1993 y 2016. No solo la evolución de los papeles fue positiva, sino que incluso las ganancias de precios fueron superiores a los retornos que el mercado generó en períodos estables o bajistas para las tasas de interés. Es decir, desde una perspectiva estadística, los datos indican que los períodos de aumentos en las tasas suelen ser favorables para el precio de las acciones a mediano plazo.
Ganadores y perdedores de las subidas de tasas de interés
Dentro del grupo de las acciones en general, el impacto de una suba en las tasas de interés puede ser muy diferente para los diversos sectores. Los grandes perdedores de un aumento en las tasas de interés suelen ser las compañías en sectores estables y maduros, como servicios públicos y consumo masivo.
Estas empresas generalmente distribuyen grandes sumas de dinero en dividendos, y el mercado suele asociarlas con alternativas de inversión de renta fija debido a estos dividendos tan atractivos. Cuando aumentan las tasas de interés, los inversionistas suelen abandonar estos sectores para buscar mejores oportunidades en el mercado de bonos.
Además, las empresas en estos sectores suelen operar con altos niveles de apalancamiento financiero. Un aumento en las tasas de interés incrementa el costo de la deuda, afectando negativamente los niveles de rentabilidad del negocio.
Los más favorecidos en contextos de aumentos de tasas de interés suelen ser los sectores íntimamente ligados a los niveles de actividad. Por ejemplo, tecnología y consumo discrecional son segmentos de la economía que dependen materialmente de las tasas de crecimiento económico, y son los que más se benefician cuando la economía se encuentra fuerte.
El sector financiero es particularmente sensible ante los movimientos en las tasas de interés, y su comportamiento de precios presenta algunas características particulares. Los bancos toman dinero a plazos cortos de tiempo para prestar o invertir ese dinero a plazos más extensos. Por lo tanto, el sector depende materialmente del spread (diferencial) entre tasas de interés a corto y largo plazo.
A grandes rasgos, cuando el nivel general de tasas de interés está en aumento suele suceder que se incremente también el spread de tasas, lo cual incrementa los niveles de rentabilidad en el sector financiero. Aunque este no siempre es el caso necesariamente, y si las tasas de corto plazo aumentan en mayor medida que las de largo plazo, esto disminuye la rentabilidad del sector.
En conclusión, un contexto de aumento de tasas de interés beneficia a los sectores cíclicos y fuertemente ligados a las tasas de crecimiento económico, mientras que perjudica a los sectores más estables, con dividendos elevados y altos niveles de endeudamiento. En el caso del sector financiero, lo más importante es el spread temporal de tasas de interés: si bien el mismo tiende a aumentar cuando suben las tasas, este no es siempre el caso.
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