Escrito por Daniela Wechselblatt, CFA
Hoy en día el sistema previsional es un desafío a nivel mundial, y en la Argentina todo está agravado por un Estado que siempre se encuentra escaso de recursos.
Uno de los índices que evalúa los sistemas de pensiones a nivel global es el Indice Mundial de Pensiones de Mercer Melbourne. Compara 37 sistemas de jubilación cubriendo, prácticamente, dos tercios de la población mundial y toma en cuenta 3 variables: adecuación, sostenibilidad e integridad.
Veamos cuales son los países mejores ranqueados:
1) Holanda
2) Dinamarca
3) Australia
Y qué países lideran el ranking de los peores:
Argentina y Tailandia casi con el mismo puntaje. ¿No nos sorprende, cierto? De los tres índices medidos, el mayor problema radica en la sostenibilidad. Este mide la probabilidad de que el sistema actual pueda entregar beneficios a futuro. A nivel mundial el principal problema es el del envejecimiento de la población, que incluye una reducción de la tasa de natalidad o emigración de la población. Si no se sube gradualmente la edad de retiro a medida que aumenta la esperanza de vida, la misma población económicamente activa debe aportar para mantener cada vez a más gente retirada y esto se transforma en una carga más y más pesada para aquellos que trabajan. Es difícil lograr el aumento de la edad jubilatoria sin resistencia de la población.
Adicionalmente a los problemas de fondo que tienen todos los sistemas de pensión, Argentina tiene el factor agravante de ser un país con crisis económicas cíclicas severas y con un estado voraz que necesita de los recursos. Esto llevó a que las reglas cambien constantemente a lo largo del tiempo en un ámbito que se espera que sea estable ya que justamente estamos hablando del retiro de los argentinos. ¿Cuántas veces se modificó el sistema previsional?
Se pasó de un sistema de reparto de “solidaridad intergeneracional” en el que la generación económicamente activa financia la pensión de la generación jubilada, y a su vez la primera será financiada por la generación que le sigue, a la posibilidad de optar por un sistema de capitalización administrado por las AFJP (década del 90’) y luego a partir del 2008 se volvió al antiguo sistema de forma compulsiva. En el medio (a partir del 2005) se empezaron a “rifar” las jubilaciones a través de la moratoria en la que ingresaron personas sin aportes al sistema previsional. Durante todo este tiempo los cambios de reglas de juego, entre otras cosas en la fórmula de movilidad de los haberes, resultaron en un achatamiento cada vez mayor en las escalas jubilatorias y esta historia continua en el presente con las modificaciones que se quieren hacer. Luego de la reciente visita del FMI, también queda la “puerta abierta” para más reformas a futuro. ¿Sostenibilidad? Muy dudosa.
La conclusión es evidente, si queremos asegurarnos un buen pasar para nuestros años de retiro, debemos encargarnos de esta tarea nosotros mismos.
¿Cómo lo logramos?
Ahorrando e invirtiendo. El ahorro justamente consiste en posponer el consumo de hoy a cambio de un beneficio a futuro. El ahorro tradicional de los argentinos en ladrillos cada vez rinde menos, se trata de una inversión en dólares con rendimientos en pesos y ya a esta altura tenemos muy en claro quién sale perdiendo cuando hay devaluaciones. Hoy en día las propiedades rinden entre el 1 y el 2% en dólares.
Por otro lado, el simple hecho de comprar dólares y guardarlos debajo del “colchón” resulta incompleto ya que también hay inflación en moneda dura y poco a poco nuestro dinero pierde poder adquisitivo.
Una buena opción es invertir en activos en dólares que den una renta en la misma moneda. De esa forma a lo largo del tiempo nuestro dinero capitaliza, se mantiene en dólares y cuando juntamos un capital considerable podemos vivir de intereses. Lo mejor es hacerlo nosotros mismos, sin siquiera planes de retiro ni empresas aseguradoras intermediarias. Si bien durante la vida económicamente activa del inversor se pueden tener acciones, los activos que se utilizan por excelencia a partir del momento del retiro son los bonos de países desarrollados o de empresas de buena calidad crediticia con bajo riesgo de impago. Nos pagan intereses periódicos y se adaptan a todos los perfiles.
Existe un mundo de renta fija de países desarrollados para inversores más conservadores como por ejemplo EEUU, Francia, Alemania y Reino Unido. También hay de países emergentes para perfiles moderados. Hoy en día las opciones más interesantes se encuentran en los bonos corporativos por sus mejores rendimientos, que pueden rondar entre el 4 y el 7% en promedio en dólares.
Como podemos ver, tenemos opciones y herramientas para que, con la ayuda de profesionales, podamos tomar las riendas de nuestro futuro. No esperemos a que sea tarde.
Para solicitar asesoramiento financiero contactate con nuestro equipo acá.
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